viernes, 5 de septiembre de 2008

Microcuento


Radio Futura

En Radio Futura todos los disc jockeys representan el pasado. Desde Héctor, el dj del turno nocturno, hasta Fernando Silva, el director, dueño ampuloso de la cadena. Todos viven un futuro pasado que los dejo sin presente y sin futuro en el futuro. Radio Futura programa la música que integró la generación de la década pasada. Ahora, los que antes animaban las fiestas, vestían camisetas apretadas y eran los ídolos de las minitecas, son aquellos especímenes oscuros que la historia ha dejado y que esconde en el fondo de la cabina de Radio Futura. Radio Futura perfecciona aquella manifestación de incredulidad ante el paso del tiempo. La estación joven de aquella época en que los oyentes llamaban para ganar boletas y asistir a los conciertos que la emisora organizaba con los mejores artistas del rock en español, ha quedado olvidada y recordada como pieza de museo con el ingreso de nuevos ritmos musicales que cautivan a los nuevos radioescuchas perdidos en la inmensidad del FM. Ya su música no suena, ya sus oyentes se fueron. Ahora solo queda la nostalgia, el recuerdo, la memoria de los dj's cuarentones de Radio Futura que ven sus barrigas más grandes y creyendo que sus voces cada ves son más jóvenes. Eso es doloroso, para mi por lo menos. Cada día comienza la programación de Radio Futura con la franja retro que para ellos es el top 20 y que anuncia al número uno de la lista como el supuesto hit parade del último verano en los Estados Unidos, con el anuncio de un nuevo patrocinador que es el mismo de hace quince años.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Microcuento

Foto: Anónimo Piña (Facebook)

Señor Cara de Rombo

Nadie se da cuenta por supuesto, pero generalmente, yo llevo las medias rotas. Tengo medias de todos los colores y las combino de muchas maneras.
Hay medias de dibujos animados, de futbolista –esas son mis favoritas-, de rayitas, de rombos y de deditos.
El tamaño del roto que tiene la media, varía según lo costosas que sean.
Si son de las caras, el roto es pequeñito.
Sin son de las baratas pues ni se diga: el agujero de la capa de ozono es más pequeño que el de mis medias.
A veces el roto está en el carcañal.
Otras veces, en la punta del dedo gordo.
También, si el roto se agiganta, opto por cortarlas con una tijera para que me queden hasta la mitad.
Mis mejores medias, mínimo mínimo, tienen mayita, o sea, ese roto que no es roto, que es transparente y que hace curso para convertirse en un exquisito agujero.

Con las medias rotas, la pecueca no es problema. La transpiración en los pies tiene solución. Como deben entender, siempre hay ventilación que combata el mal olor.

Desde chiquito he llevado las medias rotas.
Y no porque mi mamá no tuviera plata para comprarme medias buenas, si no porque ha sido siempre mi obsesión.
Los rotos en mis medias son mi mayor expresión